lunes, 16 de julio de 2007

De cómo Trinidad llegó a París

Lena Yau


Apenas leyó el anuncio, el ojo izquierdo de Trinidad comenzó a pestañear sin control. Lo reconoció inmediatamente. Era el pálpito. La señal que estaba esperando. Tía Madrina le decía que eso le pasaba por no lavarse bien las manos después de salir del baño. Trinidad le seguía la corriente para sentir a profundidad la luz, la señal, la guía divina que se manifestaba en su ojo intermitente. Apuntó la dirección y se aventó a su destino: el Club Mirage, donde todos tus sueños se hacen realidad.

-¿A dónde vas?

-Lejos

-¿Cuándo vuelves? -le oyó decir a la tía.

Un portazo fue la respuesta.

Lo que Trinidad no sabía es que el slogan del local no era oropel vacío.


Pasó a entrevistarse con el Señor Gallardo.

-Trinidad ¿qué sabes hacer?

-¿Yo? Yo sé hacer de todo. Sé hacer oficio, cocinar, lavar, planchar.

-¿Cocinas bien?

-Si me deja un chancecito le preparo cualquier cosita para que pruebe.

-Cualquier cosita no me sirve Trinidad. Necesito a alguien que cocine rancho para 250 personas…

-¿Rancho? ¿Y eso qué es?

-Es la comida que come el personal. ¿Crees que puedes?

-Sí. Sé cocinar granos de todo tipo, pastas, potajes. La cantidad de personas no es problema.

-Bien. Dentro de los beneficios figura la habitación a un precio simbólico. Porque necesitamos que pernoctes aquí. Eso lo sabías ¿no? Tenemos algunos clientes VIP que demandan servicios especiales, alguna que otra extravagancia sin importancia. Aunque tu trabajo sea en la cocina aquí hay que participar en todo. En el Mirage somos una gran familia y todos nos echamos una mano.

Trinidad se enfrío por dentro… No era de esa calaña… ¿cómo se atrevían a hacerle esa propuesta? Necesitaba mucho el trabajo pero no tanto para complacer “extravagancias sin importancia”. Miró alrededor. El local tenía mucha clase. Se encontraban en una sala llena de mesas y sillas tapizadas en terciopelo azul. El techo era muy alto y tenía varias constelaciones pintadas. Palmeras datileras transplantadas y granados en enormes macetas se sumaban a la decoración junto a una jaula dorada vacía. En algún momento albergó búhos, aclaró el Señor Gallardo, pero este negocio exige discreción y confidencialidad, y los búhos tiene la mirada fija. La clientela no se sentía cómoda. Hubo que deshacerse de ellos. No quise prescindir de la jaula porque me parece preciosa. Trinidad asintió mientras pensaba en cómo decirle a su entrevistador que no era una furcia. Iba a hablar cuando su ojo espasmódico alcanzó a ver un escenario. En la tarima, un piano de metacrilato. Se le erizó la piel. Nunca había visto algo tan bello. Eso era todo lo que necesitaba para tomar una decisión.

-Señor Gallardo… no se me vaya a ofender pero yo no soy una pelandusca. Si quiere que ocupe dos cargos yo lo hago sin problemas, siempre y cuando no tenga que ver con cama. Usted me entiende.

-Trinidad, te entiendo. Sé que no eres una pelandusca porque desde aquí puedo ver los cañones de tu barba. Hay que invertir un poquito más en los productos cosméticos, Trinidad. Son una herramienta de trabajo. O ahorra para una depilación definitiva. En la cocina no puedes entrar maquillado. Puedes ir vestido de mujer pero con la cara limpia. No es por mí. Son normas de sanidad. A la policía le encantan los polvos gratis y cuando se les encienden las ganas hacen inspecciones sorpresa. Muchas veces no les basta con el polvo y obligan al local a pagar multas elevadas. Es una pena que no quieras hacer cama. Lo digo porque eres muy atractiva y alguien como tú sería un éxito seguro. Hay que pensar qué otra cosa puedes hacer.

Trinidad dio un sorbo a su vaso de agua. En la servilleta de nuevo el slogan: Club Mirage, donde todos tus sueños se hacen realidad. ¿Tienes algún sueño?, se preguntó. Acarició suavemente su barbilla. Los puñeteros cañones estaban allí. Tomó aire y soltó:

-Puedo tocar el piano.

-Ya tengo pianista. Es una mariquita loca (no te ofendas, tú eres una verdadera dama), pero lo necesito. Peina a las putas como nadie.

-Puedo cantar dentro de la jaula. Tengo repertorio internacional. Soy mezzo soprano.

Las pupilas del señor Gallardo se dilataron. Acercó su silla a la de Trinidad, le tocó disimuladamente una rodilla y le picó el ojo mientras hablaba por un radio transmisor. En dos segundos apareció Raspicui.

-Raspicui.

-Me llamo Byron.

-Raspicui, te presento a París…es una promesa del canto. Vas a acompañarla con el piano.

-¿Qué?

-La vas a peinar y a maquillar. Necesito que hables con Norita para que le ubique vestuario. Los quiero ensayando esta tarde.

Raspicui se acercó a Trinidad, le dio dos besos y exclamó:

-Auch! pinchas! Tenemos que arreglar eso, monina. Jefe, también voy a pedirle cita con Cloti. Es la mejor depilando.

-Haz lo que te de la gana. Quiero que el show se estrene este viernes. Otra cosa. Pon un anuncio buscando un cocinero.

Trinidad quiso decir algo pero Gallardo la frenó en seco:

-Tú no estás para hacer rancho. Si quieres cocinar, cocina para mí.

Y fue así como se cumplieron los sueños de Trinidad. Siempre quiso cocinar, ser una estrella de la canción, acostarse con su jefe y cambiar de nombre.

París no estaba tan lejos.


http://milorillas.blogspot.com/

4 comentarios:

Nostalgia dijo...

A mí me pones entre las primeras.
Ya sabes, en la cola del libro.
Un beso ♥
(no es necesario ya ser repetitiva y decirte que eres excelente)

Maria D. Torres dijo...

Ay París! Primero Trinidad. Cómo se llamará cuando venga a Venezuela a tocarle el piano al mesmo y hacerle otros favores?
Que maravilla MO!!!
Me anoto detras de Nostalgua para el libro, pero te vienes a bautizarlo aquí o nos mandas el pasaje.
Beso
Towers

La Gata Insomne dijo...

MO!!!!!
no me vuelvas a repetir la misma pen.. cuando te pregunte OK?
Trato hecho?????

Echa el cuento!!!!!
Seguro que me queda igualito al tuyo!!!! eres una genia de las letras, de los cuentos del humor sutil, con clase!!!!!!!!!
O me mandas un libro requete dedicado o me robo a Pezfruta con ponny y todo

Besos verdes de envidia

mentira!!!!! felicidad, engreimiento, echadera, porque ya te dije, somos de la misma comparsa, casi familia, así que iré por el mundo diciendo esto lo escribió una ??? prima mía (tampoco me voy a poner de abuela OK???
Love a

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

LIBRO!!!, LIBRO!!!, LIBRO!!!, LIBRO!!!

PS: Te quedó claro: LIBRO!!!, LIBRO!!!, LIBRO!!!, LIBRO!!!